Hace tiempo que estaba en búsqueda de una clase de yoga donde lograra sentirme cómoda y en conexión con la práctica, había logrado empatizar con algun@s profesores en Santiago, pero había algo que no me permitía ser constante y perseverante en las prácticas, a pesar de ser buenos profesores, les faltaba algo que lograran conectar, o en mi caso, conectarme con ellos.
Me cambie de ciudad, llegue a Valdivia y descubrí del bosque yoga, al principio con cierta incertidumbre y quizás miedo al sentir lo mismo que había sentido en otras ocasiones.
Encontré el lugar perfecto y que busque por mucho tiempo. Principalmente y muy importante para mi, la energía que irradia Rosse se puede apreciar al entrar a la sala, seguido por la cercanía que tiene con sus practicantes, me hizo sentir de inmediato una calma y tranquilidad que hasta el día de hoy me transmite.
Me hizo sentir parte de la práctica, logrando sincronía y serenidad en cada clase. Logre reconectarme conmigo misma, reencontrarme y volver amarme.
Rosse realiza las clases con mucha pasión y amor, entregando en cada momento, a través de la practica, un pedacito de esa energía.

Muchas gracias Rosse por permitir compartir esta experiencia y darme la oportunidad de volver a creer en lo que había perdido hace un tiempo, el amor propio